Hoy me he enterado.
Llevo más de 8 años haciendo mezclas al estilo Michael Jackson cada noche, o cada mañana, según si trabajaba o no.
Más de ocho años.
Más de 3000 ocasiones... Sin contar el resto.
Y sigo aquí.
Y lo primero que me ha venido a la mente...
'Sigo aquí.
¿Por qué?
¿Para qué?'
Después he sentido miedo. Por ellos.
Hubiera dado lo que fuese para que no estuvieran presentes.
Este tipo de cosas deberían afectarme sólo a mí.
No es justo.
Son más de 3000 monedas tiradas al aire, jugando a la ruleta rusa.
Es muchísimo, demasiado tiempo.
Me han culpado por ello, pero esta vez no era intencionado.
Nunca he pretendido que toda esa mierda saliese de mí, a no ser que fuese imprescindible.
Y si lo era, era por ellos.
Ves como la gente pasea por la calle, hace su vida, deja pasar los días, las semanas, los meses... Nadie es consciente de que un buen día todo se acaba.
Para ellos, o peor, para otros que se van y les dejan un vacío.
Nunca he querido dejar un vacío.
No imagináis cómo he luchado para no dejaros vacíos.
Pero es inevitable preguntarse cómo hubiera sido.
Cuándo.
Qué habría pasado.
¿Estaría ahora todo mejor?
Contaba con esa vía de escape, esa puerta abierta, y no sabía que cada noche estaba llamando para que me abriesen.
No soy ningún genio, no soy nada especial, nadie se habría desplazado por mí, nadie se habría concentrado, ni se hubieran encendido velas. No se hubiera llenado un estadio; si acaso, una pequeña sala, en la que un 95% de la gente apenas me conocería. Y no importa.
A estas alturas, no voy a engañar a nadie.
Hay días negros y hay días grises.
Me da miedo la soledad, y me da miedo la gente y las relaciones.
Estoy en Nueva York y las palabras no son necesarias.
Nos sentamos en silencio y me miras directamente a los ojos...
Puede que haya sobrevivido a todo para escuchar a dos genios unir su talento en una de las canciones más bellas que he escuchado nunca.
The city sunset over me.
Llevo más de 8 años haciendo mezclas al estilo Michael Jackson cada noche, o cada mañana, según si trabajaba o no.
Más de ocho años.
Más de 3000 ocasiones... Sin contar el resto.
Y sigo aquí.
Y lo primero que me ha venido a la mente...
'Sigo aquí.
¿Por qué?
¿Para qué?'
Después he sentido miedo. Por ellos.
Hubiera dado lo que fuese para que no estuvieran presentes.
Este tipo de cosas deberían afectarme sólo a mí.
No es justo.
Son más de 3000 monedas tiradas al aire, jugando a la ruleta rusa.
Es muchísimo, demasiado tiempo.
Me han culpado por ello, pero esta vez no era intencionado.
Nunca he pretendido que toda esa mierda saliese de mí, a no ser que fuese imprescindible.
Y si lo era, era por ellos.
Ves como la gente pasea por la calle, hace su vida, deja pasar los días, las semanas, los meses... Nadie es consciente de que un buen día todo se acaba.
Para ellos, o peor, para otros que se van y les dejan un vacío.
Nunca he querido dejar un vacío.
No imagináis cómo he luchado para no dejaros vacíos.
Pero es inevitable preguntarse cómo hubiera sido.
Cuándo.
Qué habría pasado.
¿Estaría ahora todo mejor?
Contaba con esa vía de escape, esa puerta abierta, y no sabía que cada noche estaba llamando para que me abriesen.
No soy ningún genio, no soy nada especial, nadie se habría desplazado por mí, nadie se habría concentrado, ni se hubieran encendido velas. No se hubiera llenado un estadio; si acaso, una pequeña sala, en la que un 95% de la gente apenas me conocería. Y no importa.
A estas alturas, no voy a engañar a nadie.
Hay días negros y hay días grises.
Me da miedo la soledad, y me da miedo la gente y las relaciones.
Estoy en Nueva York y las palabras no son necesarias.
Nos sentamos en silencio y me miras directamente a los ojos...
Puede que haya sobrevivido a todo para escuchar a dos genios unir su talento en una de las canciones más bellas que he escuchado nunca.
The city sunset over me.
* This Mess We're In - PJ Harvey & Thom Yorke