You want me?

Adoro la noche, las calles desiertas, el silencio, los taxis que pasan con la luz verde encendida por la calle principal, la calma de la respiración, las volutas que se dibujan a la luz de las farolas, el tétrico silencio que reina en el parque, alguna rata osada que se escapa de él hasta llegar incluso a mi acera, las ventanas oscuras tras las que la gente duerme, no puede dormir, sufre, llora...
Imagino matrimonios compartiendo lecho, bienes y nada más desde hace años, niños soñando en dibujos animados, perros acurrucados en sus camitas de dibujitos, ancianos decrépitos cuyas huesudas manos no dejan de temblar ni durante el sueño...

Y mientras la bruma gris me invade, me mareo, y puedo ver a la chica de la mirada brillante acercarse, sonriendo. Y por un momento, olvido a conciencia la realidad, y me permito ser feliz en la locura.

Me molestan las personas que pasan, especialmente si pasan hablando, silbando, o se acercan a nosotras. Me molestan los coches que se paran ante mi portal para dejar a la vecinita que no tiene dónde hacerlo con el novio, me molestan los borrachos de mierda y los grupos ruidosos que van de cachondeito. Éste es mi momento. Desapareced.

Y pienso en todo y no pienso en nada, y pienso en el pasado y trato de crear un nuevo futuro de cero, porque en la vida todo son golpes, y a estas alturas parece mentira que no lo haya aprendido.

Todo el mundo lo hubiera hecho. Todo el mundo. Hasta en las series de TV lo repiten y se da por sentado. Hasta yo me lo planteé a pesar de todo. Las cosas están muy claras.
Por fin, puedo ver las cosas claras.
Porque las cosas son simples, somos nosotros quienes las complican.
Sus retorcidas, rabiosas y enfermas mentes.

Dinero, manipulación... La maldad es inherente al ser humano.

Hoy he visto a Tom Joad, sólo que no tenía el rostro de Henry Fonda - hay que ser guapo, como su hija - ni era de Oklahoma, sinó que había viajado en el tiempo, estaba en China y se llamaba Señor Lang.
EL sistema que han creado no funciona, pero qué más dá, los más jodidos van demasiado hasta el cuello para quejarse o tratar de cambiar algo.

Siempre me quedará el arte.

* Talk Show Host - Radiohead