Friday, February 08, 2008

Y está perdida y sola en medio de la ciudad...

- Tienes el alma vieja. - Me dijo.
Y pensé en cicatrices, arrugas surcando un rostro ajado por el tiempo, el dolor, las experiencias, la hostilidad, más dolor cuando se cree que ya no se puede más (te ahoga pero no te mata, no te mata), el egoísmo, tu sonrisa, la estupidez del buscaconflictos, el calor de un abrazo, el sinsentido de la sociedad postmoderna, todo el sentido de sentirte (latidos, dentro, calor), el dolor de vivir la vida y la alegría de abstraerse de ella.

Pensé en razas, en filosofías, en países, viajes, en por qués (¿por qué no estás aquí? ¿por qué duele querer, aunque sea a un bichito? ¿por qué las cosas terminan como terminan?), en cobardías, dinero, carrera... y en lo relativo que es todo cuando se trata de cosas serias.

Pensé en tantas cosas, serias y banales, asuntos propios, ajenos y universales, que mi cabeza casi explota, mi estómago me obligó a doblarme sobre mí misma, y tuve que huir, emcerrarme.
Pensé demasiado, como siempre. Ya lo dijo la anciana.



* Dulce Condena - Los Rodríguez


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