Tengo miedo.
Miedo a vivir, miedo a morir.
Miedo del miedo.
La vida te devora a bocados de dolor,y te deja cada día un poco más vacío.
Todo lo que hacemos es intentar llenarnos,o tapar el hueco.
Podría trazar mi curso, mi flujo de pensamiento, hacer un esbozo tratando de emular - falsificar, más bien -a Joyce como una copia barata. Como si recortase la ilustración de "Saturno Devorando a Sus Hijos" del libro de historia del arte, y la enmarcase en oro, custodiada por miles de alarmas.
En el comedor de casa. En mi museo particular.
Así, podríamos empezar por decir que las hojas bailan con el viento, pero ¿cómo va a poder cogerlas si no tienen cintura? Palmera afila tus hojas, cuchillos envenenados, estacas dobladas por la mitad, canta un pájaro y los dátiles caen.
Chimeneas rojas y golondrinas anidando y nidos que arden, polluelos ahumados y el salmón noruego no tiene nada que ver, nada que ver y el caviar ha de ser de Esturión, no Beluga.Botella azul, trasluz y eléctrico, y podría robar todas las sonrisas del mundo para ti, pero no creo que las merezcas.
Me aplastaré la cabeza con una roca, exprimiré mi cerebro hasta que la enfermedad pueda liberarse, evaporarse como una bruma que se desprende de un pantano. Y seremos libres.
Llévame allí.
Llévame lejos.
* Canción del día: "E-bow the letter" - R.E.M.
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