No estoy acostumbrada a no decir lo que pienso, o no expresar lo que siento. Llamadme egoísta. Lo soy.
Pero esta vez es distinto. Se trata de prioridades, de principios.
Y ella es el principio y la prioridad.
Así que todo va bien. Sonrisas. "No pasa nada". "Tranquila".
De vez en cuando, no puedo evitar perderme entre las sombras, pero como siempre he sido de perderme, sea entre sombras, sea entre nubes, no se dan mucha cuenta.
Las cosas importantes de mi vida siempre han tendido a ocurrir dentro de mi cabeza.
Así que reduzco el círculo, trato de que me importe el mínimo de gente porque ya se sabe: la vida duele, y yo elijo apenas a nadie... Y aún así, atacan a un puntal.
Ahora es el momento de contactar con Dios, o Buda, o suputamadre. Con las fuerzas cósmicas, o eléctricas, o con el gobernador de Raticulín. Necesito esperanza.
Necesito contactar con lo que sea, y hacer un trato.
Lo que sea. Yo por ella.
Acudo al sacrificio y no puedo evitar acordarme de aquél día,
porque precisamente aquel día yo estaba sufriendo,
me estaba muriendo, podrida por la enfermedad, hueca por dentro,
y ella dijo "si tuviera la certeza de que no ibas a sufrir más, daría la vida".
Ella me miraba, lloraba, y lo dijo.
Y yo supe que era cierto.
Y se me clavó aquí, donde se clavan esas tres cosas que te dicen en tu vida que son puramente ciertas.
Y resulta que ahora, inconscientemente, yo también recurro al sacrificio.
Seré hija de mi madre.
Siempre he tenido la estúpida creencia en la justicia, la balanza. Yo sufro tanto, ella se recupera tanto. Yo hago sufrir tanto, debo sufrir lo mismo. Si es que creo en algo, debe ser en eso.
Así que aquí estoy, Diosa ciega.
Tengo miedo. Tengo mucho miedo, pero como ya le dije a A. me temo que tengo el síndrome Flores. Así que tampoco hay mucho a perder.
A. también tiene miedo. Por mi, porque me conoce mejor que nadie. La verdad es que jamás podré agradecer todo lo que está haciendo. Hubo un tiempo en que pensé que podía superar el síndrome Flores por ella. Ahora todo es distinto.
Bueno, la verdad es que ahora mismo todo está borroso.
Puede ser que todo lo que esté diciendo sea mentira.
Puede que sea locura transitoria.
Puede que esté encerrada en mi cabeza viviendo una pesadilla,
o puede que esté encerrada en mi cabeza especulando en la oscuridad sobre algo real.
Puede que lleve días sonriendo cuando lo único que quiero hacer es llorar y necesite soltar la marea negra a trompicones.
Puede que necesite unas vacaciones de esta vida.
Algo más de dos días.
Lléname.
Dale sentido a algo.
* 'Mother, mother' - Tracy Bonham